Experiencia médica en los hospitales José Casimiro Ulloa, San Bartolomé y Centro de Salud Materno Infantil Magdalena junio 2021-abril 2022
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2022Author(s)
Somocurcio Rivera, Daniel René
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La actividad del Internado en Medicina Humana es una experiencia vivencial que representa la conjugación en la práctica de las competencias adquiridas durante el desarrollo de nuestras actividades como estudiantes a lo largo de nuestra carrera.
El desarrollo de las aptitudes, conocimientos y prácticas desempeñados en base a los diferentes contenidos de los syllabus correspondientes a cada curso de la carrera, se han ido integrando en nuestro conocimiento y permitiendo el desarrollo de numerosas destrezas necesarias para la ulterior actividad asistencial. La madurez en nuestro raciocinio, en base a los conceptos integrados de una medicina contemporánea adaptada a los nuevos conocimientos y al desarrollo actualizado de numerosas técnicas de evaluación de la enfermedad, nos ha permitido realizar un análisis crítico de los casos que en nuestra práctica hemos podido experimentar.
El desarrollo del Internado en Medicina Humana nos ha permitido integrar todo ese bagaje de conocimientos tanto teóricos como prácticos adquiridos durante todos los años de dedicación y estudios académicos en las aulas y los laboratorios de la universidad, y poder ponerlos en práctica, evidenciando todas las vicisitudes que conlleva cada caso en particular en su complejidad y en su drama humano y social.
La experiencia en el internado médico es invalorable y marca una diferencia en el saber hacer, para lo cual conjugamos los consejos y conocimientos de nuestros profesores y la información disponible en los libros y medios digitales, y los utilizamos en la actividad práctica de los diferentes profesionales de la salud con los que hemos tenido que integrarnos y trabajar al unísono para el beneficio de nuestros pacientes.
Todas las épocas en el desarrollo de la medicina han tenido como marco una situación social, económica, política local y mundial que han marcado ciertos parámetros especiales en el desarrollo de las actividades en salud. Tal es el caso, por ejemplo, de la Medicina Humana en la época de nuestro mártir Daniel Alcides Carrión, quien como estudiante vio el devenir de la Bartonelosis en una situación especial del desarrollo del país y de política internacional. Sin embargo, la Medicina como actividad al servicio de la humanidad, en sus diferentes ámbitos, tales como el asistencial, de investigación y social, ha contribuido siempre a bienestar y desarrollo de la humanidad. Sea cual sea el contexto donde se haya desarrollado, ya sea como estudiante de pre grado como el caso de Daniel Alcides Carrión o como alumnos del Internado de Medicina como en nuestro caso, cada uno en su contexto, nos vemos rodeados por circunstancias únicas que no hacen sino agudizar nuestro ingenio y reafirmar nuestro compromiso de servicio para con el paciente, con el ser doliente que requiere nuestra atención y con nuestra comunidad, para contribuir con el desarrollo de nuestra patria y de la humanidad entera.
Es la labor del médico entonces, una labor de servicio desinteresado que como profesionales debemos tratar de realizar de la mejor manera. Ser profesional consiste en hacer las cosas bien, con expertos, responsabilidad, esmero, y actualización en nuestros conocimientos, pues sabemos que esto redunda en el beneficio de nuestros queridos pacientes.
Nuestro internado se ha desarrollado en condiciones muy especiales. La vida nos ha puesto a prueba, permitiéndonos experimentar una pandemia, una enfermedad viral que ha puesto en vilo al mundo entero y que ha puesto a prueba todas nuestras habilidades y fortalezas.
En muchos momentos antes de iniciar nuestro internado vimos con angustia y con incertidumbre nuestro futuro como estudiantes de medicina en los hospitales. Nos enfrentábamos a una amenaza real, corriendo también en riesgo nuestras propias vidas. Pero las circunstancias difíciles actuales, como esta pandemia global, también han despertado el ímpetu por seguir adelante, enseñándonos que la ciencia es el camino que nos permite sobrevivir como especie, y es el desarrollo tecnológico y del conocimiento médico que ha permitido sobreponernos y realizar estrategias destinadas a combatir y delimitar el avance pandémico. Ha sido también una experiencia de vida. En medio de la adversidad de tanta gente fallecida o enferma por el COVID- 19, vimos necesaria nuestra participación en los hospitales con la comprensión holística de nuestro compromiso de servicio al enfermo y a la salud en general. Las inmunizaciones desarrolladas como estrategia de la ciencia para frenar la enfermedad, también han servido para protegernos, conjuntamente con las medidas físicas y de bioseguridad en nuestro ambiente de trabajo. Si bien se vieron acortadas algunas prácticas en algunas áreas hospitalarias de alto riesgo, hemos de decir que finalmente, nuestra decisión de seguir adelante con empeño y sin temor, ha dado resultados satisfactorios. Nuestra experiencia como internos de Medicina Humana es invalorable y un punto de quiebre hacia el porvenir de una especialidad a la que amamos y respetamos cada día más.